jueves, 11 de julio de 2013

DECIR ADIOS

 

El "todo fluye" de Heráclito nos situa a los seres humanos en esta vida como en un río que constantemente va diciendo adios a sus riberas, a los puentes, a los pueblos y paisajes, a las personas ... Y es que el proceso de vivir conlleva el saber "decir adios" a cada momento de nuestra vida, después de haberlo disfrutado, padecido o vivido intensamente.

El adios que necesariamente debemos dar a tantas cosas los humanos puede ser liberador y gozoso, indiferente, doloroso, maduro y equilibrado.

Nuestro destino humano es "decir adios" a todo, porque todo se nos va, nos deja y abandona. Pero hay algo que jamás nos abandona y es el amor que somos, el bien que hacemos, como realidad que transciende y es mayor que nosotros mismos.

Nos despojamos de todo menos del amor universal al que pertenecemos.

                                               Antonia      (desde Salvatierra-Agurain)


martes, 9 de julio de 2013

VERANO

 Es el tiempo de la felicidad. Apúrenlo y no piensen en el invierno que nos espera. 

Hay muchas cosas buenas que salen gratis.

Pasear por la mañana temprano, cuando el sol es tierno, tímido como la brisa que coquetea con las hojas de los árboles.

Caminar de madrugada por calles tan llenas de gente como en los mediodías del invierno, para asombrarse de la euforia silenciosa de las parejas que se besan en los bancos, o apoyadas en los pilares de las plazas porticadas. 

Los que viven cerca del mar lo tienen fácil, pero también es una fiesta meter en una tartera la comida prevista para consumir en casa, despacharla sobre una manta, en la hierba de algún parque, y tumbarse después a la sombra.

Asistir a los conciertos de las bandas que suelen tocar en quioscos de parques y plazas mayores los domingos por la mañana. Y frecuentar las bibliotecas públicas, mientras duren.

Hay muchas cosas buenas que salen muy baratas. 

Una botella de vino para beberla despacio, en casa, al atardecer y entre amigos.
Un buen libro de bolsillo, que proporciona una emoción que dura más que el vino y cuesta casi lo mismo. Un cine de verano, el lugar ideal para hacer manitas.
Una ración de ensaladilla rusa y dos cañas, en la terraza de un bar cualquiera, antes o después del cine de verano.
Enamorarse es un milagro todavía más barato, tan caro que, sin embargo, no se puede fabricar.
Sean felices, porque la felicidad también es una forma de resistir.

Almudena Grandes

Enviado desde Salvatierra-Agurain.

Antonia