viernes, 31 de mayo de 2013

          MI AMIGO EL BASTON  (S.Pureza)


Es el amigo más fiel que tengo.
Lo uso cuando lo necesito y siempre lo encuentro dispuesto a ayudarme.
Lo olvido en cualquier rincón y al encontrarlo de nuevo, continua acompañándome sin guardar resentimiento.

Mi bastón es testigo de momentos muy íntimos en mi vida.
Me acompaña a comer, a dormir, a la Iglesía, está cerca de mí en la oración.
Gracias a mi bastón puedo pasear, puedo ir a recibir la comunión.

Cuando juego a las cartas en los jubilados, ahí está de pie en el rincón esperándome. Le puedo poner a la medida que necesito, subir o bajar como me venga mejor.
Solo tiene como misión servirme de apoyo, ayudarme a caminar con seguridad, acompañarme sin hacer ruido.

Si mi bastón pudiera hablar creo que diría así:

    "Gracias, Señor, por ser una ayuda para muchos caminan-
            tes, enfermos o ancianos.
     Gracias por los ratos que descanso en el rincón esperando
            que alguien me necesite de nuevo.
     Gracias por mi misón de acompañar, de ser descanso y
             apoyo para los demás.
     Gracias por ser manejable, por no ser carga inútil, por ser
             dócil y por no molestarme cuando me olvidan"

De verdad, no sé que haríamos sin nuestro amigo el bastón.

Antonia desde  Salvatierra-Agurain





     

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